Esta obra es solo el comienzo, un suspiro en un rincón del universo musical que Matalascallando quiere explorar.
Desde el norte del Perú, hoy nos toca conocer a un músico que desafía los límites del pop y el rock: Matalascallando, un exiliado musical que ha encontrado refugio en Portugal y que deslumbra al mundo con su último manifiesto sonoro, un álbum homónimo que nos arrastra al abismo del pop experimental.
En su hábitat casero, Matalascallando gestó ocho canciones que trascienden los límites de lo convencional. Post-punk, indie rock, y bedroom-pop se entrelazan en este mosaico sonoro, donde la intimidad y la introspección son los hilos invisibles que cosen cada acorde. Este álbum es la banda sonora de dos años intensos, donde el artista se sumió en su propio mundo, desgranando emociones en letras que respiran autenticidad.
La guitarra, hasta entonces su cómplice principal, se convierte en una nota a pie de página. Matalascallando se aventura en un vasto mar de posibilidades sonoras, explorando cada rincón del rock contemporáneo. Es un viaje donde las etiquetas se desvanecen, y el artista se libera de las ataduras para crear música que rebasa los límites de lo predecible.
El nombre Matalascallando es un tributo a esos músicos anónimos, los artistas que el mundo olvidó, pero que siguen latiendo en lo más profundo de su ser. En este proyecto, la colaboración con talentos soterrados es una constante, un homenaje a esos corazones musicales que siguen latiendo en las sombras. La música de Matalascallando es un refugio, un acto de resistencia, un eco de voces que aún murmuran entre las sombras.
Antes de este álbum homónimo, Matalascallando ya había dejado su huella en la escena. Tocó en las ondas de FM y lanzó un trabajo con Laflor Records. También, fue cómplice de Submarino, donde las guitarras principales del segundo disco llevan su firma. La experiencia es vasta, pero el artista sigue buscando el camino más profundo en la jungla musical.
Este álbum es solo el comienzo, un suspiro en un rincón del universo musical que Matalascallando quiere explorar. Tres EPs en proceso, donde el proceso creativo es el protagonista, más que la performance. Un artista que busca resonar en las almas más que en las listas de popularidad. Después del disco, vendrán versiones en vivo de sus creaciones, un viaje adicional al caos sonoro.
La portada, un mundo de significados, fue creada por Huayruroz. La mezcla y masterización, en manos del portugués Tomas Carvalho, eleva el álbum a nuevas alturas. La etiqueta de A Tutiplén Récords, que ha lanzado a nombres destacados como El Hombre Misterioso, Miki Gonzalez, Grita Lobos y otros, es la casa de este manifiesto sonoro.