Muchos en Venezuela recuerdan esa emblemática “obra” decembrina realizada por SonoRodven en los años 80, un disco donde se reunieron reconocidos músicos pertenecientes a este sello, artistas exclusivos de Venevisión
Melissa, Kiara, Karina, Mirla Castellanos, Mirtha Pérez, Freddy López, Pablo Manavello, el rockero Paul Gillman, Frank Quintero, Amílcar Boscán, José Alberto Mugrabi, Ricardo Montaner, José Antonio García, son algunos de los que se unieron para cantar éxitos navideños como: Blanca Navidad, El Tamborilero, Niño Lindo y por supuesto la canción más representativa y que le da nombre al disco, “Corre la voz”.
El video fue grabado en Mata de Coco y estrenado un 24 de diciembre de 1987. Ya han pasado casi 30 años de “Corre la Voz”, una canción escrita por Gloria Martín con música de Pablo Manavello, los mismos responsables de los álbumes “Noche sin fin” de Melissa (1987) y “En concreto” de Manavello (1989).
Un canto al hombre nuevo
Para quienes no la conocen, Gloria Martín es una cantante de la nueva canción, escritora y licenciada en artes. Nació en España, pero desde los 9 años vive en Venezuela.
Su carrera como cantautora comenzó en 1969, realizando varias producciones a partir de 1971. Fue fundadora junto a Alí Primera de la cooperativa de artistas Cimarrón y militante en la década del 70 del Partido de la Revolución Venezolana (PRV). También estuvo involucrada con el movimiento rockero venezolano. Por ejemplo, la agrupación La Fe Perdida colaboró en una de sus primeras producciones.
Gloria Martín siempre fue una mujer inteligente, audaz, de gran talento, extrañamente olvidada en este turbulento camino socio-político que vive el país.
Como artista siempre supo sacar provecho de ese monstruo discográfico rodveniano, eso sí, sin abandonar nunca su esencia ideológica. Llegó a impregnarse del suculento jet set, de la alfombra roja, mientras sus letras escurridizas, ingeniosas y deliciosamente punzantes, se colaban bajo las melodías trabajadas de Sir Pablo Manavello.
Por esto, “Corre la voz” fue más que una canción decembrina del show business, fue sencillamente un presagio de lo que se venía a nivel social y político en Venezuela, la eticidad guevariana: el hombre nuevo.
Que ambigüedad y desconocimiento de aquellos que cantaron cada estrofa observando la Estrella de Belén, es que fuimos y seguimos siendo brochazos profundos de un extraño analfabetismo cultural.
Feliz Navidad y “Corre la voz” .
