La portada y todo el arte del disco es obra de Luis Mª García Moreno (diseño e idea) y Cristina Alonso “Ka” (ilustración)
La banda sevillana formada por Manuel Begines, Paco Arenas e Iñaki García, a los que Eduardo Escobar acompaña a la batería, inicia su andadura con este larga duración titulado “Andévalo”, aunque sus miembros proceden de otras formaciones de amplia trayectoria como Tannhäuser o Blacanova.
Beladrone ahonda en estilos como el post-punk, el shoegaze o el noise, tejiendo un universo sonoro propio y obsesivo que va deformando realidad y recuerdos a base de distorsión y toneladas de ruido. En ellas, las influencias musicales de la banda se mezclan con otras de carácter interior y paisajístico, a partir de las conexiones que sus miembros tienen con diversas zonas de la provincia de Huelva. De este modo, las capas de guitarras y una contundente base rítmica son los cimientos sobre los que se asientan historias que combinan imágenes de la infancia, elementos oníricos y tradiciones de algunas de las zonas más olvidadas de España.
Tras tres singles de adelanto, el grupo sigue buceando en sus referentes argumentales, como la huida, el olvido y las sensaciones de claustrofobia y soledad. Y todo ello con un destino final inevitable, la muerte, que ocupa un lugar central en los ocho cortes que componen el disco.
Ríotinto
Son ocho temas que nos invitan a recorrer la provincia de Huelva, un viaje anímico a lo largo de distintas coordenadas que nos transportarán a los lugares que han servido de inspiración a la banda: desde las inabarcables playas de la Costa Occidental (“La flecha”) hasta la exuberante Sierra de Aracena (“Palacio oscuro”), pasando por la fascinante y enigmática comarca del Andévalo (“Andévalo”), los impactantes paisajes de la Cuenca Minera (“Astro muerto”), las históricas y bellas localizaciones del Condado (“El valle”, “Quema”, “Cemento”) y terminando en la propia capital (“Las monjas”).
Los dos primeros sencillos, “La flecha” y “El valle”, se dejaron acompañar por sendos videoclips ambientados en localizaciones onubenses y protagonizados por la poeta y performer hispano-brasileña Adriana Schlittler Kausch, acompañada de otros músicos de amigos de la banda, como Alejandro Barranca Ferrer, Inés Olalla o José Espín. Ambos han sido dirigidos por Iñaki García y Paco Arenas, siendo el montaje y la edición obra de Alberto Almenara.
“La flecha”, exhibe ya todo el imaginario e intensidad del LP, llevando la melancolía de estrofas y estribillos a una ruptura final donde la densidad de capas y ruido termina acaparando el protagonismo. Por su parte, “El valle” supone una vuelta al post-punk de baterías sincopadas sin perder la continua mirada al ruidismo y a los finales explosivos.
Las canciones que forman parte de “Andévalo” han sido grabadas en los Estudios la Mina de Sevilla por Nacho García y Raúl Pérez, quien también se ha encargado de la mezcla.