Conversamos brevemente con el multifacético músico español Bigott, quien llega a la Argentina con una mini gira por La Plata, Buenos Aires y Rosario
Bigott, uno de los antihéroes más emblemáticos del indie español vuelve a Latinoamérica para presentarse en la ciudad de Buenos Aires, La Plata y en Rosario. El barbado y multifacético zaragozano llega para presentar “Friendly Monsters”, su décimo trabajo de estudio, editado en Argentina por el sello Fuego Amigo Discos.
Luego de recorrer festivales internacionales como Primavera Sound (Barcelona), South by Southwest (USA), Rock Al Parque (Colombia) y Europa Vox (Francia), Bigott regresa a Argentina con una gira reducida que tiene tres paradas estipuladas: La Plata (5/6, Brow Bar), Buenos Aires (7/6, Teatro Margarita Xirgú) y Rosario (8/6, Casa Brava). Cada noche, cada concierto, es una fiesta única fabricada para experimentarse sin repeticiones ni acciones predecibles. Cada encuentro será la introducción ideal para el flamante “Friendly Monsters” junto a la troupe que lo acompaña por las aventuras en las rutas del mundo: Cristian Barros (teclados y guitarra), Clara Carnicer (coros y bajo) y Juan García (batería).
Prócer anárquico y desaliñado del indie español, y artista pionero de la escena de Zaragoza de principio de los 2000 -que los fans del género también recordarán como colaborador de proyectos como Tachenko y La Costa Brava-, el siempre imprevisible Bigott escribe canciones con el ímpetu y la velocidad de un disco por año. Con su sentido del humor de excomediante de stand up, sus hilarantes videoclips y sus canciones que pueden ir desde el folk flotante y confesional hasta la distorsión lo-fi de los noventas, e incluso coquetear con el beat bailable de discoteca, Bigott ha logrado dinamitar las leyes de la industria con su propia singularidad: girando por toda España, acumulando un público que se multiplica con la espontaneidad inigualable de sus shows en vivo, y una prensa especializada que lo adora a pesar de su habitual negativa a la promoción.
Sobre su incursión previa (en junio de 2012) a las tierras del continente el español dispara rápido un momento concreto: “Tengo buenos recuerdos de Buenos Aires. Estuvimos en el Niceto y fue un gran concierto con gente amorosa mezclado con alcohol”.
Ultimando detalles antes de salir a las rutas argentinas, el español respondió algunas preguntas para NoEsFm desde su teléfono móvil repasando su carrera y observando decisiones y herencias estéticas de su universo musical.
¿Sos de imaginar la música como una carrera profesional? ¿Tenés la disciplina necesaria para eso?
La música forma parte de mi vida, es la manera más honesta que yo he encontrado para ganarme la vida, me hace feliz y hago feliz, nunca he tenido la sensación de estar trabajando mientras hago música, es natural, espontáneo y desde ese sitio se ha ido formando mi carrera profesional. Mi única disciplina es estar concentrado en lo que hago.
¿Grabar canciones y editar discos con una frecuencia anual se debe a un deseo de siempre querer tocar algo nuevo o es simplemente una manera de sacarte las canciones de encima?
El deseo es algo que no forma parte de mí. Solo hago canciones porque es natural en mí, no pienso si van a gustar o dejar de gustar, las hago sin ninguna excusa, solo porque me place.
Entre un nombre artístico que remite al inglés pero también al ruso y una vida llena de discos y giras quisiera preguntarte sobre tu nacimiento y crianza: ¿te parece que llevas o representas alguna herencia cultural de Zaragoza?
Mi vida hasta que cumplí los 19 años fue la vida que habían ideado mi familia, mi educación, mis amistades y todos los condicionamientos que te puedas imaginar hasta que decidí romper con todo eso y empezar a ser la persona que era realmente, sin todas esas presiones y libre de mi ego empecé a hacer lo que me agradaba todo el rato, y apareció la música. No me siento representante de ninguna herencia cultural ni nada en particular, hago lo que hago porque me siento libre.