Broda presenta música emergente desde una óptica intimista y personal.
En los últimos seis meses, con la actividad recitalera completamente detenida en la mayoría de las provincias argentinas, sellos, bandas y productoras apostaron más que nunca a la carta audiovisual, lanzando un tendal de contenidos de diversas aproximaciones estéticas.
Además de los videoclips con mayor producción, ganaron espacio los envíos en vivo, siempre en ocasiones hogareñas y con dudosa calidad audiovisual. El entendible fenómeno buscó captar la atención de un público algo aburrido de la cuarentena, siempre necesitado de experiencias nuevas y un entretenimiento que ayude a combatir la incertidumbre de la pandemia.
Entre la catarata desmedida de material, fueron muy pocas las iniciativas que dispusieron una calidad estética personal y diferente al resto. En Argentina, desde la ciudad de Rosario en la provincia de Santa Fe, hace poco más de un mes se presentaron las sesiones Broda, una entrega quincenal que le aplica una vuelta personal a las cápsulas musicales.
De acuerdo a las gacetillas “Broda es una apuesta por el descubrimiento, difusión y disfrute de la cultura musical” que es producido por artistas y productoras de distintas áreas en Argentina y México.
Las sesiones de Broda son un registro en vivo de música que presenta conciertos intimistas de propuestas independientes. Cada sesión cuenta con tres canciones o unos 25 minutos de música en estado puro, corrida del eje de limitaciones de tiempo y las urgencias de la brevedad que proponen las redes sociales. Broda propone acercar a las audiencias de cualquier latitud hacia música argentina joven y heterogénea desde un lenguaje preciso, donde imagen y sonido se unen con detallismo y espontaneidad.
En un contexto difícil, donde la mayoría de los recitales vía streaming se concretan en ámbitos estatales, Broda toma una relevancia significativa puesto que la curaduría y la realización corre por parte de melómanos declarados. En ese sentido, Broda es un reflejo de protagonistas del circuito musical bajo el talentoso ojo de parte de su propio público.
Hasta la fecha Broda publicó tres sesiones que mostraron una diversidad sonora y generacional que abordaron el soul, rap, la electrónica y la canción pop experimental. Kavará, Fermín Sagarduy y Ani Bookx + Dez Moabit fueron los protagonistas de dichos estrenos.
Detrás de la realización de las Sesiones Broda hay tres productoras audiovisuales asociadas Mariscal Media, Fango Films y NYMBUS. Además, Broda se completa con un equipo de talentos a cargo de la escenografía, la renta de equipos, el vestuario, el marketing y cuestiones legales.
Con tres episodios ya estrenados y mientras las sesiones siguen sus respectivas grabaciones en Argentina, una parte del equipo de Broda se encuentra en México planificando otras sesiones y haciendo conexiones para desarrollar el proyecto internacionalmente.
Broda surge desde la curiosidad por nueva información y el deseo de ampliar el alcance de la música independiente que resuena por los circuitos alternativos pero que no encuentra un espacio de extensión justo.
“Entendimos que el talento está entre nosotrxs y que solo necesitamos colaborar entre todxs para lograr cosas, así que decidimos comenzar a hacer sesiones cuando nos era posible y de a poco fue tomando interés hasta que llegamos a monetizar nuestro canal, entonces vimos una oportunidad para destinarle atención al proyecto y generar el contenido que más nos interesa”, comunican desde Broda.
“Este proyecto es una mezcla de varios conceptos, donde YouTube es nuestra plataforma madre para presentar nuevos lanzamientos, colaboraciones entre artistas y sesiones en vivo, pero utilizamos otras plataformas para dar a conocer contenido exclusivo como Instagram y TikTok”, explica la producción.
Cada nuevo episodio de Broda se estrena con frecuencia quincenal desde su canal de YouTube. Allí pueden acceder al material ya publicado y suscribirse para seguir disfrutando de las sesiones que están por venir.
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