El siglo XXI alcanza la mayoría de edad y la humanidad sigue con el tapabocas puesto, inmersa en el sombrío laberinto de la pandemia. Aparecen señales. ¿Serán buenas?
Con una fuerte dosis de hiperrealismo la banda venezolana Desorden Público madruga el 2021 y lanza “El año que nunca fue”, sencillo que tiene por motivo e inspiración estos largos meses de miedo, frustración, encierro y aburrimiento… días arrinconados y agridulces en los que también se han re-ingeniado las artes; esos eternos salvavidas de la humanidad.
De un roto sonido punk a un rítmico e igual agresivo funky, “El año que nunca fue” nos habla de “la gente que nunca estuvo”, “del no presente del todo absurdo”, “del ciclo entre las paredes” y del “tiempo de aislamiento oscuro”. Y vaya que así ha sido, a juzgar por la salvaje actividad en la que la banda se ha montado ininterrumpidamente, en confinamiento, desde julio 2020.
Desorden ha hecho de todo: eventos online semanales, celebraciones especiales en Zoom, debates sobre arte-versus-racismo o arte-versus-petróleo, campañas por la tolerancia, álbumes digitales, reactivación de la maquinaria de merchandise, lanzamientos en vinilo y cassette, un telúrico concierto streaming desde la barriada Petare en Caracas (tendencia #1 Twitter por una semana en Venezuela) y ahora, por si fuera poco, un single nuevecito apenas arrancando la primera semana de enero. ¡Guau!
Contentos con el sonido de la banda, que vuelve a incorporar sus brillantes trompetas, Desorden Público ofrece también el video de “El año que nunca fue”, producido por Titan Post. En él, y con una estética gamer se narra un futuro distópico, orweliano, en el que un Estado totalitario obliga a los humanos a marchar por túneles oscuros. Caplís, Horacio, Oscarello y Danel han sido congelados contra su voluntad en cápsulas criogénicas, pero dentro de 100 años ellos escaparán… y harán la advertencia.
