Un 18 de mayo de 1993 el líder de la agrupación chilena Los Prisioneros lanzaba su primer disco en solitario.
Durante los primeros años de la transición democrática en Chile, Jorge González, líder de Los Prisioneros, lanzó su primer disco solista. En este álbum homónimo, el reconocido músico, conocido en Latinoamérica por su actitud rebelde, mostró una faceta más amigable y comercial. Sin embargo, el resultado no alcanzó las expectativas previstas, y esta producción incluyó su último gran éxito en las radios chilenas.
Las mayores expectativas del medio local apuntaban a lo que sería el debut como solista de Jorge González. El lanzamiento tenía como antecedente el éxito de “Corazones” (1990), firmado como Los Prisioneros, que desprendió clásicos como “Tren al sur” y “Estrechez de corazón”, consolidando durante la naciente democracia chilena a un grupo que se había popularizado bajo otro contexto.
De esta manera, el vocalista y compositor decidió regresar a California y unirse de nuevo al productor argentino Gustavo Santaolalla en la creación de un nuevo trabajo discográfico. Precediendo su lanzamiento, el álbum logró obtener el reconocimiento de Disco de Platino, con la venta de 25 mil copias. Además, se llevó a cabo la presentación del sencillo promocional “Esta es para hacerte feliz” en diversas emisoras de radio y espacios televisivos, el cual contó con un remix realizado por el productor Emilio Estefan.
Un disco firmado bajo su nombre y que llegó a las tiendas un 18 de mayo, dando continuidad al sonido pop y romanticismo de su predecesor, en nuevas canciones como “Velocidad” y “Esas mañanas”, pero marcando diferencias desde su imagen en la portada, con el músico sonriendo, hasta su disposición en las entrevistas promocionales en grandes estelares de Chile y Estados Unidos.
“Lo que estoy haciendo ahora tiene una variación con lo de antes, pero melódicamente voy para el mismo lado”, decía Jorge González en Sábado Gigante Internacional en Miami.
El primer disco solista de Jorge González recibió el respaldo de MTV Internacional y se llevó a cabo una promoción que continuó con los lanzamientos de los singles “Mi casa en el árbol” y la balada “Fe”. Aunque el álbum se publicó en varios países, incluyendo Colombia, Venezuela, Ecuador, México y Estados Unidos, la recepción internacional fue moderada y no tuvo un impacto significativo. Además, los resultados comerciales del álbum estuvieron por debajo de las expectativas, con solo 40 mil copias vendidas en Chile. Esto llevó a la decepción tanto de la crítica como del sello discográfico, y su debut en solitario se consideró un fracaso.
“Es cierto que el último (disco) mío no es muy bueno, pero tampoco es el peor disco que se ha hecho en la historia. Si hubiese sido el primer disco de un artista nuevo habría sido la revelación del año. Vendió nada más que el doble de lo que vendieron Los Tres”, dijo Jorge González a El Carrete (mayo ‘94).
El sencillo “Fe” le otorgó una nominación como Nuevo Artista Latino en los Billboard Music Video Awards y se convirtió en el tema más memorable del álbum, además de ser su último éxito en la radio a lo largo de su carrera. En un momento posterior, el propio músico admitió que el disco estaba sobreproducido y que se alejaba de las expectativas de su público, siendo más cercano al estilo de un artista pop como Chayanne que al de un rockero cosmopolita como Gustavo Cerati.
Además, el álbum tuvo que cargar con el peso de las especulaciones en torno a su contrato e inversión millonaria como artista pop. Según su mánager, se hablaba de un contrato de 2 millones de dólares realizado en una oficina de EMI en Londres.
Es importante destacar que con el transcurso de las décadas, se ha otorgado mayor valor a esta producción. En 2012 y 2022, el álbum fue reeditado en formato vinilo, y tres décadas después, canciones como “Mi casa en el árbol” y “Fe” siguen sonando en las radios chilenas como clásicos de la época. Esto demuestra el impacto perdurable y la relevancia de estas canciones en la historia musical de Jorge González.
En 1994, Jorge lanzó su segundo álbum bajo contrato, titulado “El futuro se fue” (EMI). Este disco fue grabado en Londres y presentaba un enfoque más abstracto, crudo y sin estribillos, en contraste con su trabajo anterior. A diferencia de otros lanzamientos, este álbum careció de las expectativas y promoción habitual. La alta inversión realizada generó problemas para un ejecutivo discográfico, quien regresó de Londres consciente de que el disco no tendría éxito comercial.
Sin embargo, González se negó a promocionarlo y, tras llegar a un acuerdo con EMI, pudo liberarse de su contrato para emprender estudios en Nueva York. Durante este tiempo, se alejó de la fama y los escenarios hasta su regreso tres años después con un proyecto de cumbia electrónica.
Texto extraído del libro Esperando Nada (1990-2010) Veinte años de Música Popular Chilena de Roberto Carreño, investigador y divulgador especializado en música chilena (pronto a publicarse). También Esperando Nada está disponible en formato Podcast en Spotify con su capítulo especial de Jorge González.
Foto principal: Disquería Chilena