Saludado en 2021 por la prensa especializada, el libro de Anzardi generó excelentes críticas por su tono investigativo y humano de un suceso oscuro. Aquí una entrevista con el periodista.
Este viernes 23 de septiembre a las 19:00 horas en el Centro de Expresiones Contemporáneas, el periodista Federico Anzardi presenta su libro “Hay cosas peores que estar solo. Fito Páez y Ciudad de Pobres Corazones”, editado por Gourmet Musical en 2021.
Acompañando a Anzardi estará Diego Giordano, para una charla que promete partes iguales de periodismo cultural, música e investigación. Además, luego de la presentación, se proyectará la película Ciudad de Pobres Corazones de Fernando Spiner. La entrada al evento es gratuita.
Federico Anzardi es periodista. Nació en Concordia en 1983. Entre 2011 y 2018 fue editor de la revista Rock Salta, que reflejaba las escenas musicales de las provincias argentinas. Actualmente trabaja en rocksalta.com. Colaboró en La Agenda, Mavirock, Soy Rock, Rolling Stone, Página 12 y en radios de Salta, Buenos Aires y Tucumán, entre otros. En 2015 fue finalista del Premio FOPEA al Periodismo de Investigación. Su blog es frasesrockeras.blogspot.com.
“En esta puta ciudad todo se incendia y se va”, cantó Fito Páez desde las entrañas de su angustia. Ese grito todavía se escucha como uno de los desgarros más intensos del rock argentino. “Ciudad de pobres corazones”, el disco que publicó en 1987 tras los asesinatos de su abuela y de su tía abuela, fue el resultado de un proceso interno que tuvo a Fito al borde de la locura, preso de un odio que se reflejó en un cambio rotundo de sonido y actitud. Días dominados por el alcohol y las pastillas y una evidente ausencia de esperanza en el futuro. Basado en un extenso trabajo de archivo y de numerosas entrevistas con los protagonistas, especialmente hechas para esta investigación, este libro muestra cómo hizo Fito para atravesar la tragedia sin convertirse en una víctima. Una historia anclada en la cultura pop de los ochenta que cuenta la caída y la resurrección de uno de los artistas más importantes de la música latinoamericana.
–Desde su irrupción en la escena nacional se escribió mucho sobre Paéz. Al revisar un historial encontramos que su obra y su persona fueron abordadas por escritores de renombre y con fuertes identidades: Enrique Symns, Jorge Lanata, Carlos Polimeni y Horacio González, entre otros. Por supuesto, tu libro tiene presente sus miradas. ¿Tantos nombres de peso ejercieron una presión sobre vos en algún momento?
Obvio. Siempre pensé que no iba a estar a la altura. Además, todos ellos estuvieron ahí, en el momento en el que ocurrían los hechos que contaban. O, por lo menos, ya eran adultos y lo recordaban con una mirada propia. Yo tenía 3 años cuando mataron a las abuelas de Fito. Para colmo, el libro que se mandó Symns (con Vera Land) es una barbaridad. Está bien, fue con el OK de Fito, con todos los accesos y todas las voces habilitadas, pero el resultado es maravilloso igual. Hay libros oficiales malísimos pero este no fue el caso. No entiendo cómo no lo reeditan. Por suerte se consigue por dos mangos en internet. Creo que lo pagué menos de 200 pesos y lo usé mucho para varias partes del libro. También al de Horacio Vargas, que es fundamental para conocer la historia rosarina de Fito. Las notas de Polimeni en Clarín están a la altura, porque reflejaron los cambios de Fito durante la temporada de Ciudad. Incluí varias y lo entrevisté. También a Horacio González. De hecho, mucho de lo que me dijo Horacio, por su tono más reflexivo antes que anecdótico, quedó afuera del libro, así que alguna vez debería usarlo.
–¿De qué forma cambió tu percepción sobre Páez luego de pasar cuatro años inmerso en su mundo? ¿Hubo otra comprensión del Páez artista a raíz de sumergirte en el Fito persona?
Creo que no cambió demasiado. Soy fan de Fito desde que tengo 9 años más o menos, desde que salió “El amor después del amor”, y siempre le seguí la carrera, los discos, las entrevistas. Conocía bastante su historia y tenía una idea de él bastante armada. Creo que esta investigación me confirmó esa idea y me aportó detalles y anécdotas que me hicieron entenderlo mejor. Le presté más atención a sus influencias y pude trazar mejor su evolución, que es magnífica y variada. Trabajar en el libro me obligó a escuchar mucha música, a leer libros y ver películas, y creo que nada era malo, todo estaba buenísimo.
–Cuando se edita “Ciudad de pobres corazones” inmediatamente llega a los puestos más altos para caer rápidamente. ¿Eso sucede por la reacción de un público que esperaba al Fito de siempre o puede que haya sido porque la compañía consideró que no podía apuntalar comercialmente un lanzamiento con esos tintes?
Creo que la discográfica le quitó apoyo de a poco hasta no renovarle el contrato justo antes de grabar “Tercer mundo”. Fue un goteo. EMI se quería matar porque “Ciudad de pobres corazones” no tenía hits, no tenía un nuevo “11 y 6”, y porque Fito empezó a encarar las entrevistas con una actitud muy distinta a la etapa de “Giros”, que había sido un éxito total. Sin embargo, nunca hablé con alguien que me dijera “a mí Fito me dejó de gustar en ‘Ciudad de pobres corazones‘“. Creo que Fito nunca perdió público. En todo caso, no sumó. Pero siempre mantuvo un grupo de fans (pequeño, si querés) y mantuvo el apoyo de la prensa. Lo que le faltó fue la presencia de toda la gente que no es fanática pero se acerca igual cuando ocurre un éxito comercial.
Fito Páez y Ciudad de pobres corazones Fito Páez y Ciudad de pobres corazones Fito Páez y Ciudad de pobres corazones