El pianista barcelonés ha lanzado un disco de insinuantes lineas melódicas, un sutil recorrido por la simplicidad, el jazz y la habanera.
Mauricio Güell es un joven de 23 años enamorado del minimalismo y el impresionismo musical. Su primogénita producción, “Cinco historias ligeramente alteradas”, abre paso a una serie de EP que irán saliendo cada ocho o nueve meses.
“Encontrándome en un estado entre la resaca y el éxtasis psicodélico producido por los efectos secundarios de una medicina, recibí la visita alucinógena del compositor Erik Satie, quien además de pedirme tabaco me sugirió que espabilara en la composición de canciones. Meses más tarde, presento “Cinco historias ligeramente alteradas”, un trabajo basado en mi idolatría por el antes mencionado Satie y otros compositores como Glass o Tiersen”, cuenta el músico español.
Mauricio Güell también es tecladista de la banda Masclans, ya con varios años encima de los escenarios. Conversamos con él y nos contó sobre su pasión por las teclas, de las composiciones y de su primera obra extendida.
Háblame un poco sobre tu formación como pianista.
Clases particulares desde la adolescencia por la parte pianística. Al principio más centrado en el pop pero poco a poco moviéndome al jazz. Nunca de manera reglada. También me apasiona la interpretación clásica, pero sin haber profundizado todo lo que quisiera. En cuanto a la composición, he aprendido sobretodo imprimiéndome desde el principio partituras de los compositores que más me gustaban y que, al menos aparentemente, no me parecían armónicamente muy complejos (Chopin y Satie por ejemplo) y haciendo pilas y pilas de apuntes. Poco a poco noté lo muchísimo que me podía ayudar tener ciertos conocimientos y fui comprando algunos libros de armonía y centrando mis clases más en mis dudas compositivas que en aspectos técnicos del piano, y ese fue el punto de inflexión, cuando empecé a saber sacarle más jugo a todas mis investigaciones.
Definitivamente hay algo detrás de cada pieza, no solo es el piano, existen ambientes, efectos que hacen de cada interpretación un relato para imaginar escenas, ¿es así?
Totalmente, estuve jugando con el productor Víctor Teller de Wave Factory Studio, buscando fondos ambientales que encajaran con mi idea estética de la canción (calidez, nostalgia, oscuridad..). Cada tema está dedicado a una persona o pasaje de mi vida y estos ambientes me recuerdan al aspecto más narrativo que me llevó a componerlas.
Inés (Bailando habaneros con un Satie muy ebrio) es mi canción favorita.
Gracias, también es mi preferida. Se la compuse a un “crush”. Es la unión de dos piezas que no compartían más que el tono pero que en un momento dado me pareció que se complementaban bien (de ahí la separación con la cinta de filme). El título hace referencia a la habilidad sobrehumana de Inés para bailar (joder da vértigo) y a cierta influencia en Satie. Además me parece que podrían ser colegas.
La portada del EP es sencillamente hermosa.
La portada fue un maravilloso regalo de mi amigo Pol Peiró, de hecho la idea de empezar a recopilar temas surgió en una conversación con él. Mi color favorito es el blanco, usándolo de base y centrándose en el minimalismo que expira el álbum, creó esta obra y no me puede gustar más.
¿Y qué más nos prepara Mauricio Güell?
Actualmente estoy gestando varias colaboraciones con poetas, pues participar con ellos me apasiona, y nuevas canciones, sin abandonar nunca mi arma principal, el piano, pero explorando también con sintetizadores y teclados eléctricos.