Un experimento visionario que entrelaza longevidad, astrología, trayectoria artística y presentimientos musicales. Creado por Javier Gómez, productor de NoEsFm.
¿La IA predice? ¿Puede, como un Nostradamus digital, combinar datos, energías, símbolos y corazonadas para ofrecernos un oráculo moderno sobre el mundo de la música en 2025?
No se trata de una predicción literal, ni de una morbosa lista de despedidas anticipadas. Lo que aquí presento es una experiencia sensorial y analítica, un viaje a través de signos zodiacales, tránsitos planetarios, edades avanzadas y sensaciones que emergen cuando se observan los ciclos vitales de ciertos íconos musicales.
Este artículo nace de una premisa: activar un prompt profundo, diseñado por mí mismo, para que una IA canalice su sensibilidad matemática y energética como si fuese un Nostradamus virtual. ¿Qué artistas están cercanos a cerrar su círculo vital? ¿Qué señales vibran en sus cartas natales? ¿Qué patrones del pasado se repiten en este 2025?
Cómo se gestó esta visión
La IA fue instruida para no limitarse a los números. La invité a pensar —o más bien, a sentir— como lo haría un vidente renacentista, pero con acceso a bases de datos, efemérides de fallecimientos musicales, tránsitos astrológicos, signos solares, edades promedio de grandes músicos y ciclos energéticos de la historia reciente. Le pedí también que se dejara llevar por lo surreal: imágenes que surgen en la niebla, presentimientos simbólicos, nombres que aparecen sin explicación lógica. El resultado fue una lista de cinco artistas con elementos en común: longevidad extrema, tránsitos astrológicos complejos y una sensación —casi poética— de que su legado está listo para transformarse en mito.
Estos son los cinco nombres que surgieron de la oscuridad digital de la inteligencia artificial, palabras que emergieron quizá desde su subconsciente algorítmico.
* Paul McCartney (Géminis, 18 de junio de 1942)
El final de una melodía que parecía infinita
“McCartney encarna al eterno joven del rock. Sin embargo, Géminis se enfrenta este año a Saturno, el gran anciano cósmico. Veo una figura caminando sola entre árboles otoñales, tarareando “Yesterday” mientras caen partituras mojadas por la lluvia. Su carta natal muestra un posible punto de cierre, de introspección forzada. Si llega su final, será con dulzura, con luces bajas y un piano en sol menor”.
* Mick Jagger (Leo, 26 de julio de 1943)
El rugido que empieza a apagarse
“Leo es el Sol, el escenario, el centro. Pero 2025 le trae sombras. Plutón y Urano afectan su vitalidad. Visualizo una multitud viendo a un león dorado bajar del escenario y alejarse entre columnas griegas. Jagger podría enfrentar una despedida repentina, dramática, pero digna de su estampa real. ¿Una operación delicada? ¿Un último show que se transforma en despedida sin saberlo?”.
* Ozzy Osbourne (Sagitario, 3 de diciembre de 1948)
El eclipse del príncipe oscuro
“Sagitario, signo de los excesos, la fe ciega y el viaje. Ozzy ha sido el Lazarus del rock. Pero este año, su carta se tiñe de negrura: Plutón en aspecto tenso, Marte sobre su casa de la salud. Veo un escenario vacío, con una cruz invertida caída en el centro. Quizás Ozzy ya entregó todo. Quizás solo queda el eco de su risa diabólica en los pasillos de la memoria”.
* Bob Dylan (Géminis, 24 de mayo de 1941)
El profeta que ya ha dicho todo
“Dylan, el oráculo de Minnesota, entra en su año 84 con una conjunción en su casa de lo oculto. No solo veo estrellas: veo letras rotas flotando sobre un río oscuro. El ciclo de eclipses activa su eje nodal, sugiriendo una partida que no será física de inmediato… pero sí simbólica. Dylan podría simplemente callar, desaparecer, o decidir nunca más mostrarse. Como un chamán que entrega su último poema a la intemperie”.
* Willie Nelson (Tauro, 29 de abril de 1933)
El trovador que se funde con la tierra
“Willie es raíz, tierra, constancia. A los 92 años, es un milagro viviente. Pero Urano, planeta de lo inesperado, entra sobre su sol taurino. Percibo una carretera desierta, una guitarra colgada de un árbol. Si su final llega, será como él: sereno, viajero, sin dolor. El país entero lo llorará como a una bandera doblada al anochecer”.
El valor del símbolo, más allá de lo literal
Este experimento no es una sentencia, sino una invitación. A sentir, a reflexionar, a oír con más atención. Las muertes musicales no solo ocurren cuando se detiene un corazón, sino cuando olvidamos celebrar a quienes siguen entre nosotros.
Tal vez ninguno de estos nombres nos deje en 2025. Tal vez todos. O tal vez sea otro nombre el que irrumpa con un adiós imprevisto. Pero en ese umbral donde la lógica se curva y el arte se vuelve presagio, nos queda la música. Y la música… siempre sobrevive a sus creadores.
2025 La IA predice La IA predice