Todos los guitarristas atesoran a su compañera preferida, esa que sirve para desatar la ira en el escenario, la que amamanta la canción con su textura, la que con su estruendo particular le da vida y poder a la obra
Desde aquella incendiaria presentación de Hendrix en el mítico festival de Monterrey en 1967, la guitarra eléctrica se convirtió en un instrumento enigmático, un ente femenino que podía ser azotado y tocado de manera enfermiza sin perder esa condición de placer, ese arte de amar con salvajismo.
Grandes guitarristas del rock iberoamericano han sabido amasar ese cólera de manera especial. Juan Valdivia (Héroes del Silencio), Alejandro Markovich (Caifanes), Santana , Ricardo Mollo (Divididos), Spinetta, Angel Parra (hijo) y Gustavo Cerati son algunos de los tantos que aterrizan en mi memoria, siendo Gustavo un caso puntual y diferente.
Cerati aparte de buen interprete y compositor fue considerado un excelente y creativo guitarrista. En su historial rockero se paseó por innumerables marcas y modelos de guitarra siendo sus preferidas la Jackson Soloist, la Gibson ES-335 y la limitada PRS Special MultiFoil , esta última la más querida por Cerati a partir de aquel show de Soda en Bolivia (1988) en la gira Doble Vida.
Hoy he querido darle subsistencia al sonido ceratiano y compartir con ustedes no diez, ni cinco, sino los 4 mejores solos de Guitarra de Gustavo Cerati. Cuatro momentos que considero los más llenos de furia sobre las seis cuerdas. Disfrútenlo!
- Cerati: slide de rodillas (La ira)
- A través de la cuerda rota
- Destruyendo su PRS (El exorcismo)
- La inspiración de un clásico: la pureza