“Nitocris” es una obra italiana que busca evolucionar y reinventar la paredes emocionales de la escena shoegazing en europa.
El shoegaze y el dream pop están cada vez más a la orden del día, por eso es fácil apreciar a una extensa escena musical independiente que se atraganta sin respiro de repetitivos sonidos ochenteros. Artistas que transitan sobre una autopista de recicladas tendencias, patrones que logran congelar aquello que llamamos ingenio y autenticidad. Pero este no es el caso de Stella Diana, una agrupación que no muerde la moda y propone alimentar los trazos creativos en cada una de sus grabaciones.
Hace poco llegó a mis oídos “Nitocris”, el más reciente trabajo de esta banda procedente de Nápoles. Un disco que logra evocar belleza y feminidad, un psique homenaje a la que es considerada la última faraón de la dinastía VI de Egipto. Hermoso ejemplar de principio a fin, con cierta inclinación erótica, una producción que fácilmente pudo haber terminado en ópera indie.
New wave, post-punk, psicodelia, pop aliñado, son parte de los matices que asoman su nariz sobre los nueve tracks de “Nitocris”. Una de mis piezas favoritas es “Dedu´n”, un tema que busca cultivar esos universos inconscientes que hay en cada uno de nosotros; guitarras suspendidas en remolinos de afectiva anormalidad, mientras que un simplista sintetizador refuerza a una ilusionante y lúgubre voz.
“Nitocris”, un álbum editado a través del sello italiano Vipchoyo Sound Factory y que hay que tener sí o sí en formato digital o analógico.