No encuentro heroísmo alguno en la emigración, suele corresponder a una decisión personalísima y generalmente asociada a la búsqueda de mejoras económicas, o sociales. Una vez dicho esto, debo reconocer la tristeza que me provoca la emigración masiva de conciudadanos. Antes, hace unos años y más recientemente. No somos como Siria, tampoco como Myanmar, es más que sabido y quizá por ello me aventuro a formular las siguientes preguntas: ¿Cuál es el resorte que se vence, cuál la molécula que cede a la presión y desarma todo arraigo, toda conexión (o casi toda) con la anterior vida ? Lo pregunto para mí y para intentar comprenderlo.
La emigración es una idea que recorre o ha recorrido la mente de casi todos los que teniendo conciencia, imaginamos una situación insostenible y -supongo- una manifiesta imposibilidad de hacer algo para cambiarla; o dicho de otra forma, la incapacidad para encontrar un cauce a nuestras angustias. Cosa de suyo complicada, por demás.
Los dos grandes bloques de sensaciones que logro percibir en los expatriados son: los que intentan mantener el vínculo, llamando, escribiendo, publicando noticias sobre sus progresos en cuanta red social aparezca y los que intentan fundirse y adaptarse en sus nuevas realidades, lo antes y menos traumáticamente posible. Todas las actuaciones en ese tema pueden tener y suelen hacerlo, una justificación que legitima a los actuantes. En lo personal, aunque no lo he hecho, encuentro el segundo sector un tanto más cercano.
Una vez puestos a emigrar, se me ocurre que lo más sensato es la adaptación, a la brevedad posible y con la mejor disposición de que se sea capaz. Otra cosa es que en medio de la gravedad que supone tan severa decisión y sin grandes bienes de fortuna que lo permitan (independientemente de su origen), pretendamos seguir manteniendo el ritmo, las condiciones y características de nuestra vida anterior, que de eso se termina tratando, de emprender una nueva vida. Lo es desde todos los ámbitos, hay que hacerse a la nueva geografía, al clima, a los medios de transporte, a la alimentación, a su disposición y costo, a los hábitos, costumbres y cultura de las personas naturales de esos sitios y como no podía ser de otra forma, a su idioma, leyes y tributos. Es un proceso de aprendizaje que en muchos más casos de lo imaginable, comprende conductas y actuaciones nuevas para nosotros. Ir desde un mundo donde “todo es posible” hasta los lugares donde ciertamente puede llegar a serlo, pero construido de forma completamente distinta y cumpliendo con preceptos que suelen ser ajenos a la conducta mayoritaria del venezolano. Basta observar hasta dónde hemos llegado para comprender esta aseveración. Siempre seremos más de acá que de allá.
Guillermo Carrasco @vosto
Come down off your throne and leave your body alone
Somebody must change
You are the reason, I’ve been waiting so long
Somebody holds the key
But I’m near the end and I just ain’t got the time
And I’m wasted and I can’t find my way home
Come down on your own and leave your body alone
Somebody must change
You are the reason, I’ve been waiting all these years
Somebody holds the key
But I’m near the end and I just ain’t got the time
Oh and I’m wasted and I can’t find my way home
Ooh but I can’t find my way home
Ooh but I can’t find my way home
Ooh but I can’t find my way home
Ooh but I can’t find my way home
Still I can’t find my way home
And I ain’t done nothing wrong
But I can’t find my way home