Amador revela una gema instrumental muy personal, un proyecto musical hecho en Venezuela que sabe diferenciarse del resto. Trataré de describir la travesía auditiva (visual también) por su EP debut, “Petricor”
Se ha hecho común, para bien, el surgimiento de diferentes propuestas independientes en Venezuela. Los proyectos instrumentales son extraños de escuchar. Generalmente tenemos la oportunidad de oír interludios o temas cortos dentro de alguna producción como parte de un todo, pero son retazos apenas, pues es habitual la inclusión de la voz como elemento principal en las canciones. Por eso, y por la dificultad de crear un proyecto instrumental, es que encontramos pocos. La dificultad reside en los cambios que deben hacerse para que las melodías no sean tan lineales o, por lo menos, no tan repetitivas. En fin, para no dar larga al tema sobre el porqué, según mi criterio, hablemos de una gema que me encontré en bandcamp: el EP de Amador, “Petricor“, bajo la etiqueta del género ambient.
Escuché la canción de apenas 1:34 llamada “El Lamento del Amador” para entender el experimento del artista, que podría ser fácilmente banda sonora de una película. A lo largo del EP encontramos sonidos de lluvia, especie de grabaciones intercaladas entre las melodías e incluso una entrevista de Hitchcock, alimentando el alma cinéfila que posee el proyecto. La producción estuvo a cargo del mismo Amador y de Manes, quien también fue bajista, así como la dirección artística fue asumida por Valeria Cittirer. La mayoría de los instrumentos, casi prácticamente todos, fueron grabados por Amador.
“Algunas de las melodías comenzaron a aparecer en mi guitarra en 2015, pero no fue hasta mediados de 2016 que me decidí a grabarlas y a ponerlas juntas en un álbum bajo un mismo concepto. Desde el principio la idea fue clara, quería algo sencillo y suave para musicalizar, sentires hondos y etéreos. Recordemos que petricor es el nombre que recibe el olor que produce la lluvia”, señala Amador.
Sobre el aura visual del EP, el artista nos dice: “Posiblemente sea el hecho de que las canciones las compuse inspirado por imágenes, entonces siempre tienen esa evocación a la ilustración, al relato”.
Piezas como, “La Abstracción de un bolero” o “Conversaciones con nadie” enmarcan muy bien la explícita intención del músico de Valencia. El lanzamiento tiene más de un mes e invito a escucharlo. Es de esas rarezas, en el buen sentido de la palabra, que poseen una especie de aura especial, una energía que atrae y te hace sentir dentro del mundo que el mismo quiso crear.
