
Si hay una obra perturbadora, esa es “Saturno devorando a un hijo”, del artista español Francisco de Goya. Sólo al verla, algo hay que decir sobre ese gesto de canibalismo, los colores, la composición pictórica u otros detalles. El cuadro ha sido y seguirá siendo inspiración para otros, si no, que lo diga una banda que le hace honor: Saturno Devorando.
Oriundo de Costa Rica, el dúo formado por Fiamma Aleotti y Ronald Bustamante nos presenta una propuesta experimental a base de noise, shoegaze y trip hop. “Estábamos intentando encontrar un nombre que nos ayudara a expresar algo de la melancolía y la violencia que conforma la música que hacemos. Yo estudié Historia del Arte, y fundir una referencia visual como la pintura de Goya con lo que representa el personaje de Saturno en la iconografía clásica -está ligado al humor melancólico en la teoría de los cuatro humores-, nos pareció suficientemente elocuente sin que fuera demasiado descriptivo o redundante con el contenido de la música. Creo que es importante dar un poco y dejar lo demás a la interpretación de quien recibe la obra”, refiere Aleotti a NoEsFm.
Saturno Devorando nos presenta “Sad song”, el primer sencillo de su segundo disco, todavía sin nombre. Antes, habían grabado su ópera prima “Sans soleil” (2013). Esta nueva placa será, igualmente, producida por ellos dos y de forma independiente.
Ambos músicos venían de compartir proyectos experimentales en conjunto como Visión Armónica del Caos, hasta llegar a su actual propuesta que tiene influencias no sólo del ámbito musical sino también de la literatura y las artes en general. “Fiamma y yo compartimos una pasión por las artes visuales, la música, el cine, la literatura, la comida y el café. Tenemos bastante en común aunque siempre hay particularidades. A mí me gusta mucho el cine experimental, el cine asiático contemporáneo y la nouvelle vague. En cuanto a libros, en los últimos años he estado obsesionado con la literatura del siglo XVIII y XIX; aparte de eso leo y releo constantemente a Borges”, comenta Bustamante. Mientras que Aleotti agrega: “Lo visual es un estímulo constante, pero en realidad todos los sentidos. La comida es muy importante en mi vida y considero que todo está relacionado, sentir un plato, sentir una pieza musical, sentir un paisaje. El tema de la muerte como mecanismo propulsor de la vida es una constante para ambos, también. Y como dice Busta, el cine”.
Y es que en la estética de Saturno Devorando se siente el horror, la crueldad, el suspenso, pero también el sosiego. “Es querer encarnar todos los defectos que nos constituyen y hacer un abrigo con eso. ‘Saturno devorando a sus hijos’ es como la monstruosidad moral y psíquica en su máxima expresión. Todos tenemos demonios adentro. El arte sirve, en parte, para aceptarlos, interiorizarlos y exorcizarlos”, dice Aleotti.