Terraplana es un cuarteto fundado en Curitiba en 2017. Está integrado por Vinícius Lourenço, Stephani Heuczuk, Matheus Teles y Wendeu Silverio.
La sonoridad de Terraplana resume las principales influencias de cada integrante: el sabor shoegaze de My Bloody Valentine y Slowdive, el post-rock de Mogway y I Create y la esencia de grupos brasileños como Boogarins y Máquinas.
Sus canciones revelan esas sensaciones de las cuales todos queremos huir pero que no pueden ser evitadas. Todo el proceso de creación y grabación del disco se realizó en el dormitorio de Vinícius, quien mezcló y masterizó todos los temas.
Conversamos con los integrantes de Terraplana acerca de esta visceral y explosiva producción a la que titularon “Exílio”. Y es que hay cosas en la vida que merecen el calificativo de «ruidosamente deliciosas».
¿Cómo se formó la banda?
Wendeu: Stephani y Vinícius ya tenían sus proyectos de shoegaze y dreampop, mientras que Matheus y yo nos relacionabamos con el post-rock y el ambient. Terraplana se formó de la unión de estos dos dúos, cuando Vinícius y Matheus se conocieron vía internet y acordaron fundir sus composiciones mezclando todos nuestros estilos.
¿Por qué “Exílio”?
Matheus: Se trata del proceso de aislamiento personal que uno puede sufrir u optar. Intentamos representarlo por medio de ruidos de coches y sonidos de la radio, como si el oyente estuviera caminando con sus audífonos por la calle, sintiéndose solo aunque estuviese rodeado de gente. Por cierto, Vinícius fue atropellado en una situación semejante, cuando fue a atravesar una calle y no le prestó atención al tráfico porque estaba escuchando las canciones de Beach House.
¿Qué representa la portada de este EP?
Stephani: La portada no tiene un concepto muy profundo. La sacó Vinícius en un viaje y nos encantó su estética y la sensación de mirarla.
Háblenme un poco sobre el proceso de composición del disco.
Vinícius: Todavía estamos aprendiendo a componer juntos, no tenemos muy bien definido ese proceso. Los temas surgieron de manera sencilla, partiendo de una idea central a la que cada integrante trabajó encima. No hay nada de genial en ello, pero hasta ahora nos ha gustado el resultado.
Un shoegaze ruidoso y visceral comienza a azotarte apenas finaliza el intro, ¿una carta de presentación?
Matheus: ¡Correctísimo!, el intro es una invitación para adentrarse al “Exílio”, pero eso no significa que será muy bien recibido.
Mis canciones favoritas son “Lamento” y “Virou crime”, ¿de qué tratan?
Vinícius: “Lamento” habla sobre dejar que las cosas sigan su rumbo y sobre la inseguridad emocional que proviene de la falta de control sobre nuestras vidas. “Virou Crime” es casi un desahogo. Trata sobre alguien que tiene ganas de liberarse de sus limitaciones, liberarse de las cosas que impiden que seamos uno mismo. Por cierto, no nos gustó mucho cómo quedó el tema dentro del EP, tanto así que le pusimos guitarras y ruidos al final para variarlo. En vivo lo tocamos de una manera un poco distinta.
Muchísimas bandas de su país se caracterizan por experimentar y fusionar el rock con la música brasileña. ¿Por qué ustedes no?
Sthefani: Creo que nuestra mayor influencias musical es el rock, a pesar de que escuchamos otros estilos. Somos aficionados a esa diversidad de géneros musicales de Brasil y creemos que eso pueda sumarse a nuestra sonoridad en algún momento. El primer EP solo es el punto de partida y no rechazamos la posibilidad de jugar con cosas nuevas.
¿Cómo está la movida indie en Brasil?
Wendeu: Desde mi punto de vista, si lo comparamos con géneros que están en alza como el funk y el sertanejo, se puede decir que está en una situación minúscula, pero el hecho de ser pequeña no le quita la importancia ni intensidad. Hoy día la escena logra llenar clubes medianos, pero la gran mayoría de los conciertos ocurren en clubes pequeños, en casas e incluso en lavanderías. Las bandas independientes tienen que apañárselas para recoger dinero para las giras. Algunas promueven bazares y fiestas de karaoke, además de los conciertos, ventas de discos y camisetas.