El EP ‘Sheshe’ no es un punto final, sino un eslabón en el viaje incesante de Vudufa.
En un rincón de Chorrillos, distrito costero de Lima, donde los tambores ancestrales entrelazan su eco con el pulso electrónico de la ciudad, emerge Vudufa, el hechicero sónico detrás de la máscara del burro demoníaco. Francisco de Los Heros, nombre que fluye en las sombras del proyecto, ha forjado a lo largo de los años un puente musical entre las raíces afroperuanas y las ondas electrónicas. Y así, en este caleidoscopio sonoro, nos llega su último conjuro, el EP “Sheshe”, cuya esencia espiritual resuena con un vigor que no puede ser ignorado.
“Sheshe”, palabra que late como un latido ancestral, halla su origen en el dialecto del palo monte, evocando la autorización de un viaje sonoro profundo. Este EP es un peregrinaje en sí mismo, guiándonos por las sendas de la santería y el palo monte, hilando los hilos invisibles que conectan a los afrodescendientes con sus antepasados. Vudufa, alquimista moderno, funde estas tradiciones con el pulso de la tecnología, dando vida a una visión afroperuana que late en el corazón de la futurización espiritual.
Cuatro cortes conforman esta saga hipnótica, tejida con hilos de festejo, landó y toromata, mezclados audazmente con el torrente disruptivo de la electrónica, especialmente en las vertientes del techno, el ácido y el minimal tech. ‘Boanda Kamboté’, ‘Kindunga’, ‘Guari Guari Riddim’ —nombres que rezan como salmos en un idioma antiguo—, danzan en las esquinas de nuestra mente, guiándonos hacia un trance que trasciende lo mundano. Pero no podemos olvidar a ‘Lo que soñó El Margay’, felino místico de la selva amazónica que merodea entre los beats y las sombras.
‘Sheshe’ es el manantial donde Vudufa encuentra su madurez artística, buceando en la sinfonía que conecta los ritmos afroperuanos con las corrientes del mundo, una red de notas que laten al unísono. La experimentación electrónica, oscura y aguerrida, destroza los clichés en un rugido que resuena en cada rincón. Esta propuesta, heredera del afrofuturismo, alza la bandera de la cultura afroperuana en el presente, rompiendo con los límites de la innovación contemporánea.
No es ajeno a Vudufa el arte de tejer este tapiz sonoro, como lo atestiguan sus epés previos: ‘Kuanda’, un vals entre las sombras junto al italiano Marco Selvaggio; ‘AfroAmbience’, un abrazo ambiental bajo el alero de New Latam Beats; ‘South American Loa’, una liturgia sudamericana con el sello polaco Bassy Tropikalne; ‘Pandémiko’, un grito independiente; ‘Congorito’, donde los tambores se erigen como un rey tribal. Cada paso, un rostro diferente de un mismo diamante.
Y la prensa extranjera, extasiada, alza sus voces en un coro que traspasa las fronteras. Desde las tierras italianas hasta los ecos argentinos, la figura enmascarada de Vudufa ha tejido su hechizo. “Asimétrico Remixes” (2022), editado por el sello argentino Fertil Discos, recoge su voz en un canto global. Y en la selva digital, ‘Venenosa, Vol. 1’ se erige como un altar, sostenido por la producción peruana Shushupe. De ‘La Cura: Compilado Antiviral’ a ‘Dev.A.Gar Vol. 2’, cada eco reverbera con la potencia de un trueno.
‘Sheshe’ es una danza afrofuturista que rinde homenaje a sus raíces y las arrastra hacia un futuro en constante mutación. En cada beat, en cada nota, en cada alarido electrónico, Vudufa teje la magia que une lo ancestral con lo moderno, lo terrenal con lo cósmico. En un mundo de silencio, su música resuena como un grito ancestral en busca de un eco.
