El cantautor argentino Zubi editó “El futuro habrá esperado”, seis canciones de poptimismo que funcionan como remedio ante el contexto pandémico.
Mientras la pandemia de COVID-19 se convierte en denominador común de (casi) toda la población mundial, transitamos nuestras vidas con el peso de la incertidumbre y un futuro que no se deja leer más allá del día que tenemos por delante.
Si el futuro llegó hace rato, transformarlo en algo mejor es responsabilidad exclusiva de nosotros mismos. Para eso es fundamental creer en la posibilidad de construir. Demostrando que el silencio (de las calles; de las salas de ensayo; las venues; los grupos de amigos y las familias; por doquier) no es tiempo perdido, Zubi presenta una descarga de color que pretende torcer el bajón e imaginar al futuro como un porvenir saludable y radiante de calidez humana.
Esa energía -ese poptimismo- se hace más necesaria que nunca, especialmente cuando en algunos países de Latinoamérica todavía no asoma la luz al final del túnel. Quizás este breve EP pueda hacer algo para reimaginar los próximos capítulos o, al menos, lograr acompañarnos en nuestro devenir. Hoy por hoy, un rato de goce, de baile y de canto puede ser la dosis ideal para seguir tirando hacia adelante. Afortunadamente, el joven argentino entrega eso y algo más.
“El futuro habrá esperado” parece capturar la energía necesaria para transitar el último círculo de la pesadilla que nos tiene cautivos desde hace más de un año. Disparando seis canciones bien construidas, Zubi acompaña y dialoga con el ahora de confinamiento, angustia y planes erosionados. Se trata de música pop de factura directa y arreglos cortesía de una sólida banda de estudio que le pone cuerpo al sonido.
Zubi refresca y corre entre las canciones ajeno a las pretensiones de un mercado cada vez más enfocado en las fórmulas. Su movimiento parece hacer del pop un entendimiento popular, saltando por encima de los guetos mientras mantiene el oído bien atento a las tendencias de nicho de las que parece aprender sin desear una pertenencia.
Santiago Zubiri, el nombre completo detrás de Zubi, trae un aire fresco a la música pop rock argentina. Este joven pergaminense, instalado en Rosario hace unos pocos años, sorprendió con el lanzamiento del single “Superlike”, allá por febrero de este año. Ahora, acaba de lanzar “El futuro habrá esperado”, un primer EP con un futuro -justamente- prometedor.
El flamante lanzamiento del argentino llega con un comunicado que detalla el trabajo detrás de “El futuro habrá esperado”.
“Ya sé que suena cliché, pero para mí sacar un disco era un sueño y hoy se está haciendo realidad. Las personas cercanas saben lo importante que es esto, porque desde que agarré la guitarra no la solté más. Cuando empecé a hacer temas propios mi entorno me incentivó a seguir metiéndole energía a este proyecto y acá está mi primer EP. Me flashea pensar que cuando yo no esté más, van a seguir estando mis canciones”, explica el artista.
El EP debut de Zubi consta de 6 tracks de pop rock fresco y cargado de sentimiento, y nos recuerda a otros grandes referentes argentinos como Virus o los más recientes Usted Señalemelo. A lo largo de poco más de 15 minutos logra, con un enfoque simplista y sin sobreproducción, arreglos finos, coros pegadizos y estribillos gancheros que delinean una atmósfera optimista. La guitarra y la voz de Zubi brillan a lo largo del álbum con una interpretación llena de emociones que surgen desde un corazón joven y con la sensibilidad a flor de piel.
El disco fue grabado, mezclado y masterizado durante el 2020 y 2021 por Ezequiel Fructuoso en el Fructuoso Record Club, y contó con la participación de Jonas Barros en batería, Josefina Perez y Ezequiel Fructuoso en bajo, Emiliano Romero y Solo Yendo en teclados y sintetizadores, Nicolás Leiva con un solo de guitarra en la canción “Las mañanas” y la participación especial de Joaquín Zubiri en teclados en “La Virginia”.
Detrás del álbum debut anida una nota de color: una parte importante de la producción fue pagada con bitcoins.
“En febrero del 2020 fui a tocar a un bar, y nos pagaron bastante bien… o 2000 pesos que para mí, músico joven, es bastante”, cuenta Zubi. “Esa fue la primera vez que cobré algo por tocar y decidí comprar bitcoins”.
Santiago se olvidó del asunto y 10 meses después entró a su billetera virtual para ver qué había pasado. “Para mi sorpresa la inversión se había multiplicado varias veces, así que decidí que eso iba a volver a la música, al disco”.
Fotografías: Maria Florencia Carrera
