Nacieron con luz propia por allá en los 70. Recorrieron los caminos del rock progresivo, la psicodelia, el heavy y el folk, transformándose en una banda de culto en su país Bolivia.
Con más de una docena de discos en el mercado, Wara es una de las bandas pilares del folk-rock en América Latina. Descubrieron tras procesos de estudio e investigación que el rock y el sonido altiplánico pueden vivir en armonía, en natural cohesión entre melodías pentatónicas. Es un sincretismo que nos eriza la piel cada vez que redescubrimos el sonido de su discografía.
Wara Wara son dos vocablos que quieren decir “estrella” en lengua aymara, por eso Wara quedó solo como la parte brillante, como la luz de esa estrella.
Desde el pasado tres de octubre Wara comenzó a mostrar en Europa la cultura milenaria de los Incas en una gira que les llevará a España, Bélgica, Alemania y Austria. Wara estará presentando en Europa su último disco, titulado “Kimsa Qallqu” y el octavo de la serie Hichhanigua Hikjatata, en el que resumen la esencia de su trabajo, una mezcla de la música tradicional de las comunidades del Altiplano boliviano con elementos de la música rock.
Y es que Wara nunca imaginó que el brillo de su estrella seguiría recorriendo el universo casi medio siglo después, un faro que quedó sembrado como ejemplo y aporte para diversas generaciones de músicos en Latinoamérica. Un estado nirvana que logró fusionar lo espiritual con lo urbano, un nutriente que incitó a Wara a recorrer cada realidad de su pueblo, del indígena, demoliendo así los falsos valores que le cerraban el paso.
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